Toynbee (2), en su formidable libro, titulado “A Study of History” dice que durante ese periodo, las civilizaciones de la época, utilizaron sistemas políticos,
sociales y religiosos, a través de los cuales sometieron a las mujeres, usando diversos recursos, tales como: “la fuerza y la presión directa, pero también a través del ritual, de la tradición,
la ley, el lenguaje, las costumbres, la etiqueta, la educación y la división del trabajo”
Los países occidentales han sido forjados con la visión judeo-cristiana, reflejada a través del Antiguo Testamento y el del Nuevo Testamento, curiosamente engarzados
en la Biblia, donde el Dios Jehová (severo y a veces terrible, es sucedido por el Dios Padre, El Señor, enseñado por Jesús El Cristo (impregnado de Amor)
Es interesante resaltar que los sistemas políticos, sociales y económicos han cambiado varias veces en esos largos milenios, en el sentido de una evolución más
humana (con continuos avances y retrocesos, intercalados) En lo político, ya no tenemos Emperadores, los Reyes son apenas figuras simbólicas, solo representan al país, pero nada mandan. Los que tienen
el poder son los presidentes, vigilados por los parlamentos.
En lo económico, pasamos de la esclavitud al vasallaje y luego, en los últimos 200 años surgió la idea luminosa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,
lo que dio un impulso fuerte contra la desigualdad humana, existiendo centrales sindicales para defender los trabajadores, etc, etc. Y así por delante.
Lo interesante es que durante todo ese larguísimo tiempo, el patriarcalismo no fue denunciado como lesivo a la igualdad humana. Apenas en los últimos años él
fue identificado como algo negativo. La segunda guerra mundial (1939-1945), que arrojó un saldo de más de 30 millones de muertos y más de cien millones de heridos, abrió espacio para un cambio en
esta situación, ya que las actividades militares de los hombres, acabaron dejando gran parte de las tareas de producción de bienes y servicios en manos de las mujeres.
Este caldo de cultivo comenzó a prosperar en la década del 60, o sea, hace cerca de 60 años y él se está transformando en un alud, donde la mujer comienza
a conquistar su lugar en varias áreas, las que anteriormente le estaban vedadas). Por ejemplo en la política, ella comienza a conquistar su lugar: las Presidentas Bachelet, Cristina Kirchner, Dilma Roussef, Violeta
Chamorro, etc, así como las Primeras Ministras, como Margaret Thatcher en Inglaterra y Ángela Merkel en Alemania. etc.,etc.
O sea, durante casi todo el período civilizatorio de la Humanidad, la sociedad había absorbido el patriarcalismo machista como natural (incluyendo la mayoría casi
absoluta de las mujeres). Esto significa que había una doctrina implícita acerca de la prevalencia del hombre, la que era reconocida, prácticamente como una ley de la Naturaleza.
En todo este proceso, hay una fuerte influencia religiosa. Los hebreos eran fuertemente machistas y eso lo podemos comprobar fácilmente en el Antiguo Testamento, donde se considera
la poligamia como algo natural. Ya el adulterio (femenino) es considerado una violación de la ley divina, y las mujeres podrían ser muertas a pedradas, sin que eso constituya un crimen (recordar el pasaje bíblico
de Jesús El Cristo y María Magdalena)
O sea, hay un largo camino a recorrer para establecer la igualdad de los sexos, pues la desigualdades si bien se iniciaron en épocas remotas debido a la mayor fuerza física
del se masculino, se les fue incorporando durante milenios, una serie de privilegios a su favor como lo especifica Toynbee (2)-
Por lo tanto, para acercarse lo más posible al equilibrio, a la igualdad entre los sexos, es necesario vencer una enorme construcción milenaria (cinco mil años,
por lo menos) Por esto la médula dele problema, debemos buscarla en lo más profundo del ser humano, o sea, en el ejercicio de su Espiritualidad.
Para decirlo en palabras simples, pasar del “temor a Dios” (“si no hago esto o aquello, Dios me castigará y hasta podré ir al infierno”), a la comprensión
de que El Creador es Amor, y nos creó para que a través del ese Amor, hagamos un vergel de este planeta.
Claro que estamos muy lejos de eso, pero tenemos que avanzar, a través de la experiencia, como de alguna manera hemos hecho hasta ahora Pero el tiempo se acaba, el planeta resiste
cada vez menosa la esclavitud a que lo ha sometido el ser humano. Y la brújula que nos debe guiar en su forma más comprensible, ya fue ofrecida a la Humanidad de una forma más simplificada, a través
de la consigna de la Revolución Francesa hace más de 200 años: Libertad, Igualdad y Fraternidad,.
A través de los tiempos, la mujer fue desalojada de su trono de reina y transformada en cautiva, cuando no en esclava, primero por la fuerza física y después por
una supuesta Ley Divina, la igualdad que probablemente tenían nuestros antecesores originales, se fue transformando en todos los niveles en una desigualdad creciente.
En ella, unos pocos (generalmente hombres, pero también algunas escasas mujeres), oprimieron no sólo a las mujeres, como también a la mayoría de los hombres,
que primero fueron esclavizados, después transformados en vasallos y luego en proletarios, hasta llegar a la actualidad en que el poder económico ha transformado una enorme masa humana en consumistas acérrimos,
embrujados por un modo de vida en el fondo bastante opaco desde el punto de vista espiritual, aunque poderoso en el sentido de disponer de productos de todo tipo, no importando si son superfluos o innecesarios, pero bonitos
y fulgurantes, pero que tenemos que tener, si no queremos ser considerados por la comunidad que nos rodea, como salvajes de la Nueva Guinea.
En resumen, todos hemos sido explotados (hombres y mujeres), por el poder económico y sus asociados y dentro de esta realidad ofuscante, pero que pocos quien ver, se agrega una
sub explotación y ahí es que entra el machismo, el patriarcado, la sumisión de la mujer.